Análisis del Sentimiento trágico de la vida de Unamuno por Diana Galindo Barajas
El sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos es un ensayo hecho por Miguel de Unamuno que contiene ideas cuyo trasfondo religioso le dan una base a su filosofía. Porque aquello que tiene un fundamento se mueve hacia el desarrollo de una finalidad. Buscar cuál es nuestra finalidad como hombres y como pueblos es la tarea de nuestras existencias, lo que nos hace auténticos. Unamuno habla muchas veces de la vida de los hombres, pero no sólo de las vidas individuales que tienen un gran valor, sino de la vida de los pueblos. En el aspecto práctico convendrá preguntarse por la salvación de todos, del cuerpo entero de la iglesia de Cristo, cuya llegada al mundo lo ha transformado desde su fundamento. Porque Dios se hizo hombre y no sólo eso, se transformó en el pan que podemos comer para que nos transforme también a nosotros. Por otro lado, siempre hay algún antagonista; en este caso lo es en cierto sentido la razón, que desea analizarlo todo y con ello, aniquilarlo.
Para Unamuno es muy importante el hombre que hace filosofía con sus entrañas, es decir, filosofa el hombre no sólo una parte de él. La razón es parte del hombre, pero el hombre tiene en las entrañas muchos deseos que son inexplicables y quizás por ello, irracionales. El hombre tiene un constante deseo de crecer, de conocer, de seguir haciendo cosas, de vivir y no morir. Esa enorme voluntad por no desaparecer es la que nos lleva a emprender grandes obras. En el aspecto práctico se notará el deseo de ser insustituible, el trabajo que hacemos es por ello, algo importante para nuestras vidas, porque através de él podemos llegar a nuestra plenitud. El hombre se descubre por lo que obra, por lo que piensa y por lo que siente. La filosofía, para Unamuno, está más emparentada con la poesía que con la ciencia. La poesía es algo que se vive, es parte de esa voluntad creadora que nos conduce por el camino de la voluntad de no morir. Es por ello que existe una gran tragedia, que es la de morir, la de la conciencia del dejar de ser. Frente a eso el sentimiento religioso nos abrirá las puertas para que por medio de la fe podamos vivir una vida más plena, llena de piedad que nos deje ver a Dios en todas las cosas.
La filosofía de Unamuno está hecha en un mundo donde las esferas que controlan lo que se enseña en filosofía quieren que se lean a filósofos analíticos y lo demás sea menospreciado con connotaciones que ellos consideran como negativas tales como el fanatismo. Pero aquel que no hace su trabajo con fe, con un cierto fanatismo, una creencia de que lo que hace es importante y de que su vida tiene una finalidad, comienza a ser despojado de su parte humana, de su parte más vital. Parte del despojo que se le hace a las personas es privarlas de tener una posible concepción total del mundo, el cual se estudia por partes ya que las personas tenemos estudios cada vez más especializados. La filosofía también se divide en ramas, contrario a la concepción que de ella tenía Unamuno: "La filosofía responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción." Es por ello que sobre la base de un pensamiento con miras hacia la verdad, se puede hacer una auténtica filosofía, en la cual podremos desarrollar los pensamientos que en nuestra vida se nos van presentando, conforme a nuestra personalidad y lo exclusivo de nosotros mismos, como seres únicos, llenos de alma y de vida.