La lengua alemana y el misticismo
Diana Galindo Barajas
Dado que aquello que nos caracteriza como seres racionales, parece tener gran parte de irracionalidad me propongo tratar un tema que me parece interesante (sobre los idiomas y la traducción) porque este tema atraviesa gran parte de mi vida, porque disfruto sobremanera de la poesía, de leerla y escucharla. Hay algunos poemas que no necesariamente tienen un significado lógico y más bien su fin es deleitar al oído.
En este orden de ideas, creo que el asunto de lo que se comunica abre sus canales a puertas más grandes, pero a la vez más difíciles de ver. Digo esto, porque es un asunto ya no de tener algo claramente en la mente, más bien son mensajes que se transmiten como corazonadas, como intuiciones, latidos que guían a cada uno, que lo acompañan y que están hablando para el que sabe escuchar, y quizás también guardar silencio.
Quizás mi discurso está quedando con demasiadas conjeturas, pero precisamente eso es parte de un cierto tono que busco. Quizás es parte de una conversación, a la cual le busco las partes, las trato de sentir de alguna manera; creo que esto nos pasa a muchos cuando escribimos un ensayo y a veces no tenemos muy claro sobre qué hacerlo, por varias razones como ejemplo querer hablar de muchas cosas y no poder elegir alguna, o la dificultad para expresarse claramente. Cada uno habla sobre algún tema que le ha interesado, al cual su voluntad se ha inclinado.
Una vez que hemos encontrado el discurso los transmitimos, pero según estudios, lo que transmitimos cuando nos comunicamos, se transmite en su mayoría por lenguaje corporal, por el tono de voz, por la mirada, hasta por la dilatación de las pupilas. Es por esto que más de uno sostiene que al escribir se mata al lenguaje porque no está presente esta parte importante de la comunicación. Sin embargo el lenguaje escrito ha pasado a formar parte importante del ser humano, creo que a pesar de sus limitantes trae otras oportunidades de explotación donde el ingenio del ser humano es el límite.
Si lo pensamos, de alguna manera, cuando entregamos un discurso escrito se hace precisamente eso: una entrega. Vamos nosotros, con ese discurso, quizás nos estemos jugando muchas cosas. Porque al pasar la palabra a un medio físico se convierte en una muestra tangible, un puente entre algo abstracto como lo es el discurso y el mundo en el que se dan esos discursos, los espacios que nos permiten compartir como sociedad la palabra escrita y hablada.
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Me parece importante señalar que la mayoría de las lenguas modernas: español, inglés, alemán, italiano, se han consolidado a partir de una gran obra literaria. Ya sea en las aventuras del Quijote en el caso del español o en el Fausto en el caso del alemán, vemos que estas enormes obras de una lengua no sólo ofrecen consolidación a una lengua, sino que pasan a ser representativas, obras maestras.
En el caso del idioma alemán hay muchas singularidades en su lengua, que han llevado a algunos filósofos a decir que es una buena lengua para hacer filosofía, pues tiene particularidades que son de difícil traducción a otros idiomas, como una gran capacidad para crear adjetivos como “la rojeidad de lo rojo” que en español y en otros idiomas no se podrían hacer de esa manera.
Además creo que hay una mitología muy rica en este país, pues en el Fausto, encontré que hablan de muchos elementos fantásticos y mitológicos. Quizás sea un gusto personal el que hace que me agraden los elementos que encuentro en la literatura alemana. Además he oído que antes había muchos pueblos en esa tierra y el idioma no estaba unificado.
De hecho, rastrear el origen de una lengua siempre es complicado y no hay nada seguro, pero a pesar de esto hay quienes plantean que en realidad tenemos muchas cosas en los idiomas indoeuropeos que son semejantes en su esencia. Además de que están emparentados por grupos, según los que son más semejantes.
A pesar de las diferencias que existen, sobre todo en los sonidos, creo que existe una cierta intencionalidad que se nota en los sonidos de las palabras a la hora de describir las cosas.
La palabra rojo, en español, con la r que suena agresiva, rasga, que apasiona. Y en otros idiomas sucede de manera semejante: rouge, red, rot. Creo que el poder del lenguaje radica en su capacidad de evocación. Pero son muchos los factores que recubren a un idioma. Factores culturales e históricos que la hacen bastante particular, que le dotan de una singularidad y de dominios únicos, y esto tiene que ver mucho con el aspecto fonético, porque a través de la palabra hablada, del sonido podemos hacer evocaciones, crear la realidad de una manera bien particular.
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*Misticismo alemán: el maestro Eckhart.
Una de las muchas cosas que han influido a la determinación de las lenguas europeas fue la traducción de la biblia. El movimiento de la reforma que tuvo inicio en Alemania cambió la forma de vivir la religión al crear una división en la iglesia cristiana que perdura hasta nuestros días. Me parece otro hecho interesante que se ha dado en este país. Quizás suene algo germanófila, pero en realidad me agrada estudiar sobre el folklore y la cultura de varios países y creo que al aprender sobre otros países puedes encontrar la manera de entender mejor la cultura de la que vienes.
Colli, en El libro de nuestro tiempo, señala algo que me parece que va en tono con lo que he dicho anteriormente, pues habla sobre la importancia de los lugares: Los lugares donde ha vivido o ha muerto un gran hombre tienen el mismo poder evocador que la música. pp 43
Me parece que tiene razón, que los lugares donde se gestan grandes hechos tienen una importancia, en este caso Alemania tuvo una gran importancia al ser la cuna de la reforma, que tuvo como antecedentes a los místicos alemanes: “Con la desintegración gradual de las normas políticas y sociales se tendió a abandonar el formalismo rígido y los argumentos estériles y vacíos del escolasticismo en favor de una aproximación más simple y cálida a Dios. Los místicos alemanes fueron los primeros precursores de la Reforma: no les interesaban los libros, los dogmas, ni los sacerdotes”.(Werner Friedrich, 1948, pp.39)
Al ser los místicos los precursores de la Reforma, cobran una importancia especial, ya que debido a su intención de acercarse más a Dios, rompieron barreras dogmáticas, en la búsqueda de un acercamiento más auténtico.
Al momento de transmitir algunas experiencias místicas, las fronteras entre el lenguaje poético y religioso se rompen, de manera que están íntimamente ligados. La inspiración religiosa trae reflexiones profundas que interpelan íntimamente. En muchos aspectos se parece a la filosofía y a la poesía, busca caminos para acercarse a un conocimiento humano, crean categorías muy interesantes si se les estudia con interés libre de prejuicios modernos.
Por ejemplo el pensamiento del místico alemán Eckhart hace análisis de las cualidades intelectuales y divinas del hombre, trata de ir por senderos intransitados, difíciles de explicar: El maestro trata de aprehender lo más sublime mediante una precisión cada vez más refinada de aquello que en el fondo resulta inefable para el ser humano. Se parece a un caminante que avanza por un sendero de altura que corre en espiral.
De hecho, el pensamiento de Eckhart parece algo complejo a pesar de que a primera vista pudiera aparentar ser sencillo. Semejante a un cuento zen, su complejidad se reviste de una riqueza a la cual hay que prestar atención. No es fácil de leer, por lo cual él recomienda no desesperar si no se le entiende, declaró que Dios no le ocultó nada. Sus letras están investidas de un halo religioso agradable por su misterio: “Cuando predico suelo hablar del desasimiento y del hecho de que el hombre se libre de sí mismo y de todas las cosas. En segundo término [suelo decir] que uno debe ser in-formado otra vez en el bien simple que es Dios. En tercer término, que uno recuerde la gran nobleza que Dios ha puesto en el alma para que el hombre, gracias a ella, llegue hasta Dios de manera milagrosa. En cuarto término [me refiero] a la pureza de la natura divina… el resplandor que hay en la naturaleza divina, es cosa inefable. Dios es un Verbo, un Verbo no enunciado”. (Eckhart, II, s. 53, p. 695.)
El caso de Eckhart es un brillante ejemplo de ingenio, en la búsqueda espiritual de lo que alimenta al hombre, de las creencias espirituales que pueden sostener la fe de un hombre y que permanece en el tiempo porque tiene algo especial que es difícil de explicar, pero que sin embargo permanecen en el tiempo y son muestra de un ingenio maravilloso, que forma parte de la cultura de un pueblo, pero que puede ser capaz de tocar las fibras de la sensibilidad humana universal.
Todo gracias al lenguaje, a las palabras que nos permiten expresar aquello que sentimos, y en algunos casos nos permiten sólo insinuar, porque aquello que queremos comunicar nos rebasa. En la mística yo creo que se tiene la oportunidad para tratar de expresar aquello que se nos escapa de la mente pero que tenemos en la punta de la lengua. Son aproximaciones, que nos permiten vislumbrar una gigantesca profundidad del ser humano, la cual nos es inherente y a la cual yo creo que la mayoría de las personas nos interesa conocer, y por medio de la mística tenemos un camino para escrutiñar aquello que posiblemente somos, o una parte de ello, un reflejo de nuestro ser y su relación con lo divino de Dios.