Descartes discípulo de Ignacio de Loyola por Ramón Sánchez ramón.
Diana Galindo Barajas
Ramón Sánchez describe en su trabajo la profunda relación que existe entre
Descartes, el padre de la modernidad, y la espiritualidad de Ignacio de Loyola.
Descartes se formó en un colegio jesuita, cuya misión era formar cristianos
sinceros. Los ejercicios de Ignacio de Loyola parten de la confianza en que el
hombre puede encontrarse con Dios en el interior de la conciencia. En este
ambiente de desarrollaron los estudios del filósofo, por lo que la parte espiritual no
debe quedar de lado, por ejemplo es importante considerar por ejemplo, que para
hacer los ejercicios espirituales se recomendó el aislamiento y cortar toda
comunicación con el mundo exterior.
Esto era parte de lo que el filósofo se sentía imitado a imitar, así como las vidas de
caballerías y un constante trato con toda clase de personas, aunado a una riqueza
espiritual profunda son lo que conformo la formación de este filósofo, según
Ramón Sánchez: Si Ignacio reflejó su experiencia en los ejercicios espirituales
para que pudiera servir de guía a otros.
Este texto nos deja ver la dimensión espiritual que buscan una certeza, al igual
que descartes, una certeza que se basa en Dios, que empieza con la duda, que
tiene un cierto método y cierta rigurosidad, que sale del trabajo, la búsqueda en sí
mismo y una formación, una búsqueda sincera que llega a tener bases muy
seguras y epistemológicas que Descartes planteó muy claramente en sus textos.